jueves, 20 de marzo de 2025

[Es el momento de que toda la industria reconozca que estamos pasando rápidamente de una guerra fría (patentes como elemento disuasorio) a una guerra nuclear en la que – como en ‘Juegos de guerra‘ – la única jugada ganadora es no jugar.]

La afirmación de que "una patente prohíbe la innovación" es válida en muchos casos, ya que las patentes pueden crear monopolios temporales que limitan el acceso a nuevas ideas. Sin embargo, se podría matizar que la patente también ofrece incentivos a los inventores al garantizarles derechos exclusivos sobre sus invenciones por un tiempo determinado, lo que puede ser esencial para el desarrollo de investigaciones costosas, como ocurre en la industria farmacéutica.

Las patentes no impulsan la innovación, prohíben la innovación. Una patente es, por su propia definición, algo que prohíbe al mundo entero excepto al titular de la patente construir y mejorar en un paso innovador particular.

Las patentes siempre han sido un freno a la innovación. Últimamente, el ritmo de las ideas ha mejorado, por lo que el problema se ha vuelto más obvio, pero siempre ha estado ahí.

Una patente sólo vale tanto como puedas gastar en una demanda que la defiende.

La única excepción es la industria farmacéutica, ya que utilizan el peso muerto monopolista creado por el sistema de patentes para gravar al público por sus propias ganancias.  

Sería útil también proponer alternativas a este sistema. Modelos como los open source (código abierto), el uso de licencias libres o el "patent pooling" (piscinas de patentes) se están explorando como formas de equilibrar los intereses de los inventores con los beneficios para la sociedad.

En resumen, la crítica a las patentes como freno a la innovación tiene un peso fuerte, pero es importante reconocer que las patentes, en ciertos contextos, pueden tener beneficios si se gestionan de manera adecuada. Sin embargo, la realidad es que, en muchos casos, las patentes son más utilizadas como herramienta para proteger intereses económicos que como motor de avance en la ciencia o la tecnología.

7 comentarios:

  1. Interesante reflexión. Y gracias por la referencia al parlamentario europeo sueco, qu etiene clarísima su postura.

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  2. Excelentes matices los que planteas, creo que son muy acertados.
    Considero que la intervención del Estado resulta esencial para encontrar el equilibrio necesario, sobre todo, en el caso de las patentes farmacéuticas. Es precisa una revisión constante de la legislación para adaptarse a las nuevas realidades tecnológicas y sociales.

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  3. Es una idea interesante. Personalmente me gustaría que se invirtiese más en el desarrollo público de medicamentos, pero veo complicado que el sistema cambie. Por un lado, los gobiernos tendrían que financiar el coste total de desarrollo, que a la larga es muy elevado, durante los 10-15 años que suele llevar el proceso (con los cambios de gobierno que pueda haber en esos años). Por otro, no sé hasta qué punto financiarían el desarrollo de manera pública para que lo pudiese fabricar todo el mundo, ya que en países como Estados Unidos, con una sanidad privada, probablemente no les interesaría pagar todo ese dinero. Ya se vio en el caso de las vacunas del covid que les costó bastante tiempo ponerse de acuerdo para eliminar las patentes de manera temporal, aunque produjesen una desigualdad enorme entre los países con más y menos recursos.

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  4. Me resulta valiosa tu reflexión al respecto de lo que ocurre con las patentes en la industria farmacéutica. Personalmente siempre he pensado que es una industria que hace mucho tiempo giró el rumbo hacia el lado contrario al que debería ir, sin duda alguna las patentes han tenido mucho (o quizás todo) que ver en ello. Me quedo con esta frase: "Una patente sólo vale tanto como puedas gastar en una demanda que la defiende".

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  6. La metáfora de la "guerra nuclear" en el ámbito de las patentes es acertada porque refleja cómo la escalada en la defensa de derechos exclusivos puede llevar a un estancamiento más que a un avance. Sin embargo, más que una dicotomía entre jugar o no jugar, quizá la solución esté en cambiar las reglas del juego.
    Alternativas como el código abierto, las licencias libres o los "patent pools" ofrecen modelos más colaborativos que permiten equilibrar incentivos sin bloquear la innovación. Aunque es cierto que la industria farmacéutica depende en gran medida de las patentes, también es el sector donde su impacto en el acceso a la innovación es más problemático. ¿Podría un modelo de incentivos basado en financiación público o premios a la innovación reemplazar el sistema actual en ciertos casos?
    En lugar de perpetuar una "guerra", tal vez deberíamos repensar el ecosistema de la propiedad intelectual desde una perspectiva más abierta y dinámica.

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  7. Bueno, aquí acabamos el curso. Muchas gracias por tu participación y suerte con la tesis.

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